
Y sí, uno hace caso al mandato social y limpia sus papeles. No los tira, sino que los recicla.
No se trata de hacer cartapesta ni origami: se trata de reunir aquellos papeles viejos con una carilla en blanco que servirán como cuadernos borradores. Pero también se trata de ordenar los cientos y cientos de pedazos de papel, hojas autoadhesivas, hojas completas, microcuadernos y demás soportes en los que uno ha ido tomando nota- a lo largo de los años- de esas ideas que son el germen de una historia.
Lo que para el común de muchas personas es basura acumulada, para un creador de contenidos es materia prima que vale oro.
Cuando hace algunos años se escuchaba mucho sobre la crisis de ideas en Hollywood se hablaba de ello como un movimiento sísmico muy importante dentro de la industria del entretenimiento. Y no es poco. Fue el momento en que se transformó casi en una mecánica obligada convertir a todo libro best-seller en película de largometraje. Luego lo siguió el auge de las series y las plataformas de streaming.
La palabra "entretenimiento", de cualquier manera, me parece limitante y un poco engañosa ( creo que voy a dedicar otra entrada para analizar ésto)
Volviendo a mí y tal como lo comentaba en un posteo de mi instagram éstas jornadas hogareñas de rescatar viejos papeles con ideas anotadas, clasificarlos y distribuirlos con material borrador para seguir escribiendo y desarrollándolo, es un motivo de celebración. Para muchos puede parecer una nimiedad: para uno, que se proyecta hacia diversos horizontes a partir de sus ideas, es como hacer una reserva extra de agua y oxígeno. Esos papeles, carpetas y cuadernos implican un potencial de trabajo, desarrollo y proyectos que generarán movimientos enteramente nuevos: libros, guiones, cómics, obras de teatro, biblias para series y películas...la variedad de propuestas es infinita. En esas pequeñeces un creador halla los universos que añora en estado de sueño ó subrepticiamente bajo cosas no dichas en las rutinas diarias que lo alejan de su trabajo creativo( si es que éste alguna vez se detiene)
Ahora bien, lo importante de reencontrarse con viejas ideas bajo nuevas miradas, es que para poder desarrollarlas no hay que dejarse seducir por esos "cantos de sirenas" que pronto nos pierden en el fondo del mar ( a menos que se trate de un musical muy bello que está en desarrollo...ya les contaré) sino que ésta "manía" de clasificar, separar y etiquetar tiene que ver con sistematizar la organización del trabajo; muchas ideas y emprendimientos fracasan porque uno tiene la idea genial, brillante, entusiasta...y luego pierde las ideas y pierde sus notas, no sabe donde guardó ésto o aquello y todo lo que pudo convertirse en una gran historia se queda en una idea "linda" que algún día floreció como una falsa orquídea y murió al anochecer.
"La creación es un paso feliz del caos al orden"...ya lo decía el maestro Kartún allá por los noventa. Y tomé nota también de eso, por supuesto.
Una idea puede ser una mina de oro tanto a nivel de dinero como a nivel de comunicación. Ambas son valiosas( perdonen si la mención del [no-tan]vil metal-papel les "hace ruido" en el blog de un artista pero los artistas pagamos cuentas, tenemos gastos y no vivimos por milagro divino) y son movilizadoras a todo nivel en diferentes aspectos y posibilidades. Por lo tanto, ese papelito que ocupaba espacio inútilmente...ahora es parte de una agenda creativa que comienza a operar ya mismo.
En mi estado de WhatsApp bien puede leerse..."Escribiendo..."
Comments