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LO QUE APRENDÍ DEL TEATRO


Hace algunos días, mientras entrenaba en el gimnasio, tuve una idea loca ó tonta que quizá algunos puedan tildar de egocéntrica o absurda...ó simplemente inútil. Pero me dije "si no están funcionando los talleres y los cursos...¿por qué no organizar un conversatorio presencial gratuito en donde hablar sobre todo lo que aprendí del teatro durante casi treinta años de trayectoria? Cuando uno hablar de lo que aprende puede hablar de lo bueno y de lo malo, desde luego. Todo es aprendizaje. Y cuando uno ha llegado justo a la mitad de su vida( porque, de hecho no pienso morirme hasta los 100 y en el mejor estado) entonces se siente con cierta autoridad para desmenuzar lo hecho y lo pautado, lo ignorado, lo que fue un acierto y lo que fue una verdadera burrada ( con perdón de los hermosos burros que son animales muy inteligentes, pero vilipendiados)

Comprendo que el título de ésta entrada es pretencioso, lo sé; llegado a ésta altura de la misma, ya no sé por donde empezar. Pero, lo intentaré. Sé que alguien en algún lugar del mundo está leyendo ésto y quizá no le mueva el amperímetro ni un poco y a otro puede cambiarle su mundo. No lo sé. Eso es lo fascinante del arte y de internet: uno puede escribir y actuar y montar y publicar y diseñar y no sabe realmente hasta donde llegará el poder de su comunicación. Bueno, acabo de hallarlo, aquí va la primera:

1) EL TEATRO ES UN ACTO DE COMUNICACIÓN SOCIAL: la palabra responsabilidad suena muy pesada, lo sé, pero hay que ser conscientes de que mientras uno goza de la licencia poética y de la libertad creativa, al mismo tiempo está afectando la vida de otra persona. Creo que uno tiene que ser fiel a uno mismo y manejarse con brutal honestidad pero...no sé, ya no estamos en el siglo XIX. Hoy sabemos otras cosas y sabemos también que uno no puede andar alegremente por ahí simplemente jugando. O puede, pero tiene que saber que el juego no divertirá a todos. Y sí, es parte de las reglas de la profesión. Pero en todo caso, uno tiene que estar muy seguro de lo que va a contar, sea un pasatiempo banal o una arenga sociopolítica. Todo tendrá una repercusión...y en buena hora que así sea.

2) EL TEATRO ES UNA NARRATIVA: Sí, así es. Un día, hace algunos años, alguien me pidió que resumiera mi actividad para un programa de mano y escribí casi sin darme cuenta "contar historias" ¿De veras? Hasta ese momento me había hartado de hablar sobre la técnica, el actor, el espacio, la veracidad escénica, bla bla bla. Pero ¿qué tal si todo fuera más simple?( lo simple es bello, me dije muchas veces) Y sí, aunque parezca contradictorio con el punto uno, cuando uno crea una obra de teatro, lo único que hace[ y no es poco] es contar una historia. ¿Por qué entonces cargarlo con tantas fiorituras ideológicas y discursivas? En última instancia, lo que más nos importa es que la historia nos conmueva. Entendemos por emociones. Vamos por ello.

3) EL TEATRO ES UNA PROFESIÓN: No es novedad para mí pero en éstos tiempos en donde se dirimió tanto quienes eran los "trabajadores esenciales" y los "no esenciales", los realizadores de ficción caímos en desgracia. ¿Por qué no íbamos a ser esenciales en un contexto en donde, básicamente, la salud mental( y por lo tanto física) de la población estaba más en peligro que nunca? Sin embargo, los teatros se cerraron, los cines se cerraron y algunos aún no abrieron. No sé ahí en ese pedacito de mundo desde donde me leés: en Santa Fe, me temo...se ha muerto por un largo tiempo( algunas salas no volverán a abrir jamás)

4) EL TEATRO, SIN PÚBLICO, ES UN ABSURDO: Otra obviedad pero que, me temo, muchos realizadores no han terminado de entender.¿ Por qué razón las salas se han ido achicando aceptando pasivamente que el público ya no las visita? ¿Sólo porque existen el streaming, el cine y miles y miles de señales de cable? Pongámonos creativos: no se trata de echar culpas sino de entender que el mundo y su modo de contar historias ha cambiado.¿Que hemos hecho mientras tanto? Seguir dale que dale con la cantinela de que "el teatro es el convivio" y jugar con esa afirmación hasta el hartazgo sin prestar atención a que el 95% de la población no tiene la más puta idea de lo que es el convivio ¡ni le interesa! Pero nos enredamos en discusiones conceptuales que nos importan a unos pocos mientras perdemos público a raudales que paga fortunas para ver como un conductor de tevé manosea bailarinas y un pseudojurado ningunea participantes truchos en lugar de reinventar una narrativa teatral popular, verdadera, divertida y atractiva para ofrecer un gran espectáculo. ( Ah, pero es que somos taaaaan intelectuales...)

Bueno, corto por hoy porque, de seguro, tengo muchas cosas más pero para ser coherente con lo primero que dije, no quiero escribir sólo por el placer de pulsar las teclas( para ello tengo mi novela corta que estoy terminando por éstos días) Pero en breve, por lo pronto, publicaré la continuación de ésta entrada( como me gustan las sagas y las historias por entregas) y por supuesto, podrán comentarla. Quizá, si comparten, comentan, discuten y hasta se manifiestan en desacuerdo con mis dichos, la persona a quien le propuse el conversatorio me conteste( ah, porque olvidé decirlo, hasta el momento no he tenido respuesta)

Y bué, no quería ser un artista del siglo XIX, de esos que debían sufrir para crear...pero cuando se es incomprendido...se sufre, que le vamos a hacer.

( continuará...)

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