Voy a contar una infidencia. Cada vez que veo un musical me pasa algo curioso: aunque la historia me conmueva y la música me subyugue, no soy de lágrima fácil. No soy de los que lloran con una escena ó con una canción( aunque me emocione muchísimo) Pero ocurre algo en el final: en el saludo final de un musical no puedo contener la emoción.
Ahí sí que lloro a lágrima suelta, a moco tendido.
¿Por qué llorar justamente cuando se terminó todo? ¿Quizá por la energía contenida para que la catarsis se produzca toda de una sola vez?¿Quizá porque la tensión contenida entre el encadenamiento de escena-canción no me permite soltar durante el proceso?
¿O porque es cuando veo la Fuerza que ha permitido construir todo eso?
"Que la Fuerza te acompañe" es el latiguillo de Star Wars( que raro que hasta ahora no se haya hecho ningún musical sobre la saga, al menos que yo sepa) y en el teatro pasa exactamente lo mismo.
Montar un musical lleva mucho trabajo. MUCHO. Pero hacer que funcione, eso sí que es un desafío descomunal. Porque todas las piezas pueden estar bien pegadas y cosidas y cada una trabajada con precisión pero el cuarto elemento del musical, ese que le da la magia como la pincelada mínima del maestro le da vida al cuadro, ese cuarto elemento, es la Fuerza que, de faltar, hace que todo se caiga.
La Fuerza, estoy totalmente convencido, tiene que ver con la felicidad con que el equipo encara su trabajo.
El teatro es un arte colectivo y sin un trabajo de equipo( no de amontonamiento, no de departamentos, necesarios pero no) sin la conciencia del EQUIPO, absolutamente nada es posible.
Pongo la imagen de Los Miserables por dos razones: porque es un musical que no puedo ver sin llorar ( y anoche mismo lo hice en una catarsis que, se ve, necesitaba desde hace mucho tiempo) y porque la pasión que tienen que poner su equipo para que ésta obra monumental funcione es la misma que ponen sus personajes, incluso cuando saben que tienen todo perdido.
He visto varias versiones de Les Mis y la versión cinematográfica de Tom Hooper del 2013 es, sin duda, una de las mejores. Elenco multiestelar pero, por sobre todas las cosas, la CONVICCIÓN con que cada uno y una encara su trabajo es absolutamente conmovedor. Súmenle a eso la profunda humanidad de sus personajes, la belleza insoportable de su música, la potencia épica de sus coros.
Imposible resistirse.
Por eso estoy pensando en volver. Por eso estoy planeando retomar mi aventura con el teatro musical. Nunca pensé en dejarla definitivamente, por cierto, pero tuve mis dudas y tengo mis recaudos.
Sin embargo, experimentar lo que experimento viendo LOS MISERABLES es lo más parecido a una resurrección.
"De repente, algo ha comenzado" A Valjean se le revela un mundo cuando esa cosita frágil y temerosa que es la desvalida Cosette llega a su vida y se convierte en su hija adoptiva. Y ante semejante balada¿quien puede dudar de que se está produciendo un nacimiento?
Les dejo dos sugerencias: 1) Como espectadores, no se priven de ver ésta maravilla de musical: les va a producir un bellísimo terremoto interno. 2) Como intérpretes, no dejen de invertir en formarse como actores/actrices del musical: sea que luego se dediquen a él de modo regular o no, les aseguro que no hay modo más pleno de entender el teatro que éste.
Y que la Fuerza del Equipo, los acompañe SIEMPRE.
Fuente de la imagen: https://www.dallasnews.com/espanol/al-dia/espectaculos/2018/04/24/musical-les-miserables-se-presenta-en-el-music-hall-de-fair-park/
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