Comenzamos por este punto: necesitábamos trabajar la idea de la Lujuria. Una idea extrema, una emoción profunda y erótica que llevara al cuerpo de los bailarines a un juego paroxístico aún cuando nunca hubieran compartido semejante grado de intimidad. Era la primera de una serie de momentos épicos de las emociones humanas y sus excesos. Y me tocaba llevar adelante una dirección actoral con un elenco al que acababa de conocer pero que ya tenía un largo tiempo de trabajo juntos.
Menudo desafío: arrancar YA y entrar a hacerlo con una obra en construcción basada en un caos creativo en donde la narrativa no es lineal y el cuerpo y el espacio en permanente metamorfosis son la dramaturgia que se escribe sobre el escenario.
La compañía HAM JAZZ fundada por Cecilia Romero Kucharuk emprendió este montaje en un trabajo conjunto con los coreógrafos Gustavo Carrizo y Maia Roldán Anconetani generando un híbrido escénico provocador y estimulante, un constructo escénico a medio camino entre la danza contemporánea, el teatro bailado y físico y lo que me atrevería a llamar "teatro documental" habida cuenta de la crudeza extrema con que se encaran ciertos momentos del espectáculo. SER...HUMANOS entra en la psiquis y en el inagotable universo de las emociones que nos constituyen y nos destruyen, en el mundo que nos enfrenta a los prejuicios y a las pasiones mostrando ese mundo íntimo con una desnudez brutal.
Montaje en pocos meses. Una compañía constituída. Diversas edades, diversos temperamentos. Dudas, preguntas, miedos. Apuesta actoral hacia lo trágico, hacia lo animal, hacia lo monstruoso.
Y de repente...la Belleza.
La belleza de esos equipos de trabajo que llevan consigo la intensidad para sacrificarlo todo, para agradecer con lágrimas y sonrisas, con abrazos contenedores, con un respeto manifiesto en la entrega absoluta aùn cuando les pida revolcarse en el barro más indeseable de esas emociones que parece inabordables por el miedo que producen. Y aprendo de cada uno de ellos: aprendo que lugar tiene el cuerpo en el juego emocional, aprendo sobre la respiración, sobre los bloqueos, las crisis, los terrores escénicos y sobre la capacidad del cuerpo entrenado de producir estados emocionales con sólo proponérselo. La consigna de su director fue "superar las formas coreográficas vacías" y "salir de los lugares de comodidad"( ¿en donde te metiste? me dije! Lo sé claramente: en una instancia única de crecimiento)
Y recuerdo aquella anécdota de Kieslowsky en que tomó un casting pidiéndole a la actriz: "Estás leyendo un libro sobre los malestares que trae el hábito de fumar. No conoces al autor pero mientras lees el libro notamos que estás enamorada del autor. Yo no sabría como hacerlo pero tú que eres actriz debes poder demostrármelo" Y esto, que me divierte leerlo y contarlo se lo cuento a este equipo fabuloso que desde el primer día ME HONRA llamándome Maestro( palabra que lejos de alimentar mi ego me pone en un lugar de compromiso para seguir estudiando y merecérmela) y que llora, ríe, hipa, corre, pide auxilio, ama y odia con la misma pasión y perfección con la que baila.
Me tocan intérpretes intensos, jugados, lanzados hacia un abismo de fuego y cocodrilos hambrientos emocionales y ellos y ellas se arrojan a ese estanque terrorífico con la diversión de una canción de Pescetti y el espanto de los gritos de Dead Can Dance.
Tengo que seguir posteando sobre estos intérpretes. Tengo que seguir escribiendo sobre esta experiencia. Porque hay mucho por volcar y mucho por aprender y porque siento que si lo hago todo en un solo posteo la confusión será demasiado grande como para poder entenderla. Pero, por sobre todas las cosas, debo y quiero invitarlos, convocarlos e incitarlos a que VEAN éste espectáculo porque se trata de un montaje diferente en donde la danza deja por momentos de ser esa "bella cosa estética" para convertirse un butóh en donde el límite entre el cuerpo que sufre bellamente ó la belleza se muestra a través del horror está desdibujado en un cachetazo expresivo dado sin anestesia.
Esta apuesta interdisciplinar ha llevado muchas horas de trabajo y un montaje con un equipo profesional de primerísima línea. Estas formas vienen a construir un circuito renovador de la escena en Santa Fe. Lo celebro.
Lo aplaudo, lo estimulo, lo empujo, lo escribo.
Sepan disculpar si este posteo es confuso y caótico. Quiero contar todo sobre ellos y no me doy cuenta de que es imposible hacerlo en una sola entrada.
Pero tambièn quiero que entiendan que esto es uno de los muchos Acontecimientos Escénicos que engrandecen la cartelera de esta ciudad y generan parte de las Industrias Culturales que permiten tomarnos el arte en serio.
A la 01.47 a.m. mientras suena Phillipe Glass y planeo mi segunda taza de té comprendo que es hora de descansar de esta tormenta hermosamente tropical de intensidad. Pero no por mucho tiempo.
( Continuará)
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